Cómo salir del armario me hizo mejor persona
Última actualización: 16 marzo, 2023 por Julio Rosales
Salir del armario siempre es duro, siempre da miedo, pero quedarse dentro tiene muchos más inconvenientes que ventajas, sobre todo para nuestra salud mental.
No son buenos tiempos para airear nuestra condición no normativa (en realidad nunca ha habido unos buenos tiempos para esto). Los delitos de odio contra población LGTBI+ aumentan de manera escandalosa. Cada vez más gente sale del armario de la radicalidad sintiéndose legitimados para imponer a otros su modelo de vida. Pero se me antoja que quizá por esto sea el momento de hacernos más visibles, más fuertes y más solidarios.
Nunca le diría ha nadie que “tiene que salir del armario”. Hacerlo o no es una decisión muy personal que depende de infinidad de factores (personales, familiares, sociales, políticos, geográficos…), pero si sientes que te está llegando el momento de dar el paso, quiero hablarte de las ventajas que, en mi experiencia, te traerá vivir fuera del apolillado ropero.
Subidón de autoestima
Salir de cualquier armario (muchos hay) siempre supone un ejercicio de amor propio en el sentido más literal de la expresión. Significa que te aceptas, que te respetas e incluso que empiezas a amarte. Es imposible mantener niveles sanos de autoestima sintiendo que hay algo en ti que es malo.
Habrás escuchado alguna vez que “los mayores homófobos de la historia han sido homosexuales” y aunque pueda resultar paradójico, psicológicamente tiene mucho sentido. Rechazamos con mayor vehemencia es aquello que odiamos de nosotros mismos, y hay penosas ocasiones en las que proyectamos hacia el exterior el desprecio que sentimos por nosotros.
Una vez que me acepté, empecé a respetarme y comencé a subir el escalón mas importante en la reconquista de mi autoestima.
Relaciones de amor más sanas
Es muy difícil tener una relación sentimental bonita y sana desde la clandestinidad y la vergüenza. Solo desde la plena libertad podemos ofrecer y recibir un amor de calidad.
Cuando hablamos de orientaciones e identidades sexuales solemos enfocarlo todo ahí, en lo sexual y en lo genital, pero me atrevería a decir que aquello en lo que nos salimos de “la norma” está más relacionado con el tipo de personas de quien nos enamoramos que con las que nos acostamos.
Nunca sentí (ni siento) la necesidad de explicarle a nadie mi vida sexual, en cambio si siento la necesidad de darle a mi pareja el lugar que merece en mi escala de prioridades. Solo fuera del armario he podido vivir un amor limpio y sano.
Nuevos super-poderes
Salir del armario es un acto de valentía que no hacemos una vez en la vida, sino continuamente: en cada nuevo trabajo, con cada nuevo amigo, en cada nuevo evento social… Siempre llega un nuevo momento en que toca ser honesto con uno mismo y con los demás. De tanto salir del armario siento que tengo «hipertrofiado» el músculo de la valentía, hecho que me ha entrenado sin duda, para afrontar muchas otras situaciones duras de la vida.
Otro gran super-poder que he desarrollado es la super-solidaridad. Opino que pertenece a cualquier minoría discriminada nos hace ser más sensibles y empáticos con otras. Creo, en definitiva, que nos hace mejores personas.
Limpieza de agenda
Una de las cosa que más miedo da ante la idea de salir del armario es la perdida de afectos; una realidad tan triste como inevitable. Especialmente duro se hace el miedo a que tu familia te rechace. Duro, sí, pero también un gran aprendizaje: el amor verdadero no impone condiciones y si las impone, no es amor.
Cuando sales del armario varias personas de tu entorno pueden desaparecer, pero a la larga se vive mejor sabiendo que quien decide estar a tu lado es porque tiene la suficiente inteligencia como para no juzgarte.
Ser parte de la solución
Queda mucho por hacer. Muchísimo. En uno de cada tres países del muno la homosexualidad está prohibida. En once, aún se castiga con la muerte. Estos datos siempre me vienen a la cabeza cuando el impertinente de turno me dice “¿pero para qué necesitáis aún un Día del orgullo?”.
Me gusta pensar que cada vez que muestro mi afecto por mi pareja en público o cuado paseamos juntos con nuestra hija, estoy contribuyendo a visibilizar y normalizar esta realidad que tanto le cuesta aceptar a algunos. Mostrarme tal como soy me parece un acto de militancia en sí mismo.
Siempre hay miradas furtivas. En algunas veo el rechazo, pero en otras puedo sentir que inspiro e incluso motivo a otras personas que aún viven en la cárcel de la heteronorma. Quiero pensar que mostrándome demuestro que se puede vivir con valentía y dignidad.
Este es uno de mis artículos más personales, y no pretendo crear dogma. Como he dicho antes, salir o no salir del armario es algo muy personal. Sin embargo, si sientes que necesitas dar el paso, no tengas pudor en pedir ayuda (familiares, amigos, asociaciones, terapeutas…). No tienes porque vivir este proceso en soledad. Somos legión los que estamos tras la puerta del armario para apoyarte.
Puedo ayudarte si sufres por tu orientación sexual…
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¿Quieres escucharme hablar de este tema? Aquí tienes un audio extraído de mi colaboración en Onda Cero.
Ilustración © Gay Pride Flag by Eynav Raphael from NounProject.com
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